Los residuos plásticos se pueden tratar mediante reciclado mecánico, aplicándoles presión y calor para darles forma. Mediante reciclado químico, utilizándolos en plantas petroquímicas. O bien, cuando no resulte factible su reciclado, mediante su transformación en combustible para recuperar la energía contenida en los mismos.
Desde que irrumpió en nuestras vidas, el contenedor amarillo se ha convertido en todo un icono del reciclaje. Su función no es otra que acoger las latas, los briks y los envases de plástico para que, tras ser separados en las correspondientes plantas de clasificación, estos sean remitidos a la industria transformadora y convertidos en nuevos productos de utilidad, contribuyendo al ahorro de recursos.
Pero todavía existentes dudas acerca de lo que podemos y no podemos depositar en este recipiente. Poe ello te damos una lista de cosas que sí van en el contenedor amarillo y de las que jamás deberías depositar allí.
SÍ VA AL CONTENEDOR AMARILLO
- Botellas de plástico que hubiesen contenido líquidos: aceites vegetales, refrescos, aguas minerales, leche
- Botes de plástico grueso que hubiesen contenido productos de aseo o limpieza: gel de baño, champú, lavavajillas, suavizante, etc.
- Latas de bebidas y de conservas.
- Briks de leche, vino y zumos.
- Bandejas de porexpán o corcho blanco.
- Redes de envoltorios de frutas o verduras.
- Plásticos tipo film: bolsas finas, plástico para envolver.
- Envases mixtos distintos a los briks: bolsas de aperitivos, envases de bollería industrial, etc.
NO VA AL CONTENEDOR AMARILLO
Residuos de plásticos que no sean envases (juguetes, cepillos de dientes, rotuladores, películas de vídeo, carretes de fotos, cables eléctricos, enchufes, etc.), además de restos orgánicos, papel y cartón, vidrio, pilas, etc.
NUEVA VIDA GRACIAS AL CONTENEDOR AMARILLO
Los residuos plásticos se pueden tratar mediante varias formas de reciclado. El mecánico, aplicándoles presión y calor para darles forma. El químico, utilizándolos en plantas petroquímicas. O bien, cuando no resulte factible su reciclado, mediante su transformación en combustible para recuperar la energía contenida en los mismos.
Respecto a las latas, se hace preciso diferenciar entre las fabricadas con aluminio y las fabricadas con acero. En ambos casos, son metales 100% reciclables, por lo que se envían a las fundiciones correspondientes.
Así, del acero reciclado se pueden obtener carrocerías, tubos de escape, estantes y, por supuesto, nuevas latas. Y del aluminio reciclado, electrodomésticos, tornillos, motores, bicicletas y envases.
Con el reciclaje de latas de aluminio se ahorra energía y se evita la extracción de bauxita, no variando las características del material, por lo que se puede reciclar de forma indefinida. En el caso del reciclado de las latas de acero, se minimiza la contaminación asociada a la fabricación de este material, se reduce la extracción de materias primas tales como caliza, mineral de hierro y coque. Yse minimiza el consumo de energía en un 70% y el de agua en un 40%.
Por su parte, los briks, compuestos por una lámina múltiple que combina tres tipos de materiales (plásticos, cartón y aluminio), pueden ser reciclados de dos formas. Mediante la separación del aluminio del cartón con el que se fabrica papel ondulado, bolsas y sacos de papel. El resto se valoriza energéticamente.
O bien triturando todos los componentes de forma conjunta para la obtención de láminas de aglomerado y la fabricación de mobiliario. Con el reciclaje de los briks se ahorran materias primas tales como madera, petróleo y bauxita.
Fuente: ECONOTICIAS.COM